Pedagogía. Origen y Entrecruces*

 

El origen de la Pedagogía se remonta a los tiempos de la Grecia Clásica. “La palabra Pedagogía se deriva de la voz griega paidagogía, compuesta de pais (niño), y de agogos (el que conduce)". Pedagogía “literalmente significa guía del niño” (Abbagnano & Visalberghi, 1995, p. 15) y el pedagogo era un ayo, el que se encargaba del cuidado y educación del niño.

Simples esclavos que tenían como tarea acompañar a los muchachos a la palestra o didaskáleia donde se verificaba la enseñanza colectiva, y vigilar su comportamiento, cuidar su vestuario, etc. Por tanto, si bien colaboraban a la educación moral lo hacían escasamente a la educación intelectual. (Abbagnano & Visalberghi, 1995, p. 46)

Luego, de la conducción del niño, la pedagogía tomará un papel central en la formación del ciudadano de la polis (ciudad). Durante el siglo V a.C. Grecia se encuentra en guerra contra el imperio persa: Las Guerras Médicas -La película 300 de Zack Snyder (2006) se sitúa en este tiempo. A pesar de la devastación, después de la caída de Atenas, los griegos atenienses muestran su grandeza.

Es asombrosa la rapidez con que el estado ateniense se repuso de su derrota y supo encontrar nuevas fuentes de energía material y espiritual. En ninguna otra época se vio tan claro como en aquella gran catástrofe que la verdadera fuerza de Atenas, incluyendo la del estado, residía en su cultura espiritual.” (Jaeger, 2001, p. 12).

Dicha fuerza o energía espiritual se condensaría en la idea de la Paideia (Formación/Educación). Por ello “el siglo IV es la era clásica en la historia de la paideia, entendiendo por ésta el despertar a un ideal consciente de educación y de cultura” (Jaeger, 2001, p. 13) y, en ese momento histórico magno del florecimiento de la Antigua Grecia se da la génesis del discurso pedagógico. Pedagogía y Paideia se vinculan, esto es: Pedagogía, formación/educación y cultura como proyectos para el desarrollo espiritual del humano que, como ciudadano, es responsable de la ciudad. Aristóteles, posteriormente, llamará a dicha ‘responsabilidad sobre los asuntos de la ciudad’: la Política y esto sería una parte del legado cultural de los griegos y la verdadera significación que tiene para occidente y el resto del mundo para la posteridad.

En el medioevo tenemos a la paideia Christi, con una diferencia fundamental: mientras la paideia griega tiene una fuerte relación con la política (la vida en sociedad), la paideia Christi tiene fines escatológicos (el fin de los tiempos y a la vida después de la muerte), es decir, educación y la formación en relación a la trascendencia cristiana.

Werner Jaeger dedicó un estudio monográfico a la paideia Christi en el que sostiene la fusión de la antigüedad clásica y del cristianismo hasta el punto que San Basilio, San Gregorio Nacianceno, San Gregorio de Nisa, San Agustín son los verdaderos sucesores y continuadores de la paideia clásica que culminará con Clemente de Alejandría al presentar a Jesús como el auténtico y verdadero pedagogo. (Vilanou, 2001, pp. 4-5).

San Agustín y Santo Tomas de Aquino continuaron y combinaron, respectivamente, el platonismo y el aristotelismo con la fe cristiana, Razón y Fe.

Así pues, la paideia cristiana descansa sobre la base de que un hombre difícilmente puede formar a otro hombre sin la ayuda de Dios que es quien, interior y principalmente, enseña con el concurso de su revelación en Jesucristo. En consecuencia, la entrega personal a Dios constituyó la piedra angular de la naciente Bildung medieval. (Vilanou, 2001, p. 5)

Con la llegada de la Modernidad, el revival grecolatino en el renacimiento y la asunción de la razón, se da un giro del teocentrismo al antropocentrismo. Surge el Humanismo (Humanitas) como movimiento filosófico que pone al humano en el centro del cosmos, como hacedor de su vida y destino. Este cambio fundamental en el telos antropológico hace de la Bildung Moderna el proyecto pedagógico por antonomasia de lo humano. “No sólo constituye la más importante aportación del clasicismo alemán del siglo XVIII sino también el elemento fundamental en el que viven las ciencias humanas en el siglo XIX” (Gadamer, cit. pos. Vilanou, p. 7). Bildung es el término alemán que se puede traducir al español como formación/cultura. 

Pero más allá de su controvertida equivalencia, conviene significar que el concepto de Bildung se da en íntima relación con otras expresiones como las de Geist (espíritu) y Freiheit (libertad). Estos tres términos -Bildung, Geist y Freiheit- constituyen las claves sobre las que descansa una pedagogía que atiende a la plenitud de lo humano en el hombre según los deseos de libertad. (Vilanou, p. 8)

Todavía en el primer tercio del siglo XX persiste la fuerza de esta idea, de este proyecto, sin embargo, con las guerras mundiales, los totalitarismos, el fascismo y las dictaduras el proyecto humanista entra en crisis y, en general, comienza un desencanto de los ideales y utopías de la modernidad. Con el advenimiento de las sociedades de la información por el desarrollo de la telemática, entramos en los tiempos hipermodernos (Lipovetsky, 2006), en donde los individuos desencantados afrontan los problemas ya no a nivel social, cultural o político, sino desde la psiquis, comienza la cultura terapéutica del individuo psi (Lipovetsky, 2000). La utopía social se intercambia por el bienestar individual y la emancipación por el éxito. La bildung cae en desuso.

El discurso de la pedagogía entró en proceso de psicologización que conmueve su núcleo y desplaza a la filosofía, la política y la cultura, pero esa es otra historia que requiere una reflexión aparte. Lo que hasta aquí queríamos subrayar es cómo y por qué desde su origen la pedagogía se entrevera con la formación, la educación, la cultura y la política y, por ello, independientemente del traspié de los últimos tiempos, por qué es considerada uno de los ámbitos de transformación y liberación del ser humano.

Referencias

-    Abbagnano, N. & Visalberghi, A. (1995). Historia de la Pedagogía. Fondo de Cultura Económica

-    Jaeger, W. (2001). Paideia: Los ideales de la cultura griega. Fondo de Cultura Económica

-    Lipovetsky, G. (2006). Los tiempos Hipermodernos. Barcelona: Anagrama.

-    Lipovetsky, G. (2000). La era del vacío. Barcelona: Anagrama. 13ª. ed.

-   Vilanou, C. (2001). De la Paideia a la Bildung: Hacia una pedagogía hermenéutica. Revista Portuguesa de Educação, 14(2), ISSN: 0871-9187. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=37414210


*Publicado en: Pedagogía, origen y entrecruces | UIC ciencias sociales (wordpress.com)

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