El Principito
Hablar de las características esenciales del ‘ser humano’, además de ser un tema que a ocupado a diversos pensadores durante la historia, nos conduce a bifurcaciones o, a caminos encontrados y contradictorios, pensando que podemos encontrar en el humano desde los sentimientos más sublimes y excelsos, hasta aquellos tan ruines y bajos, que pueden pulverizar cualquier idea de bondad en éste.
Luego, cada etapa en el desarrollo de las personas, como lo expone ciertas psicologías y biologías, (infancia, la juventud, la adultez y la vejez), tiene particularidades inapelables e inmanentes que se manifiestan de manera única en cada persona, que en mayor o menor medida, son cuestiones de las que nadie se escapa y todo mundo experimenta y vive, son aquellas generalidades irrefutables.
Pero el poder ilustrarlas, crear una imagen que las ejemplifique, puede ser complicado y ambiguo, sin embargo El Principito lo logra. Y es que de todas las maneras posibles de ilustrar las emociones y sentimientos humanos, realmente es tan preciso y profundo al delinearlos y plasmarlos, a pesar de lo simple que pueda parecer la obra.
El Principito (Le Petit Prince), publicado el 6 de abril de 1943, es el relato corto más conocido del escritor y aviadorfrancés Antoine de Saint-Exupéry. Ha sido traducido a ciento ochenta lenguas y dialectos, convirtiéndose en una de las obras más reconocidas de la literatura universal.
Comúnmente, es considerado un libro para niños y jóvenes, sin embargo, trata de temas tan profundos que es necesario una mayor formación y conciencia que nos permita interpretar con mayor amplitud su contenido, aunque no deja de ser una historia que puede envolver y divertir a cualquier persona.
El relato viene acompañado de ilustraciones hechas por el propio autor, lo que le da mayor originalidad. Abarca cuestiones como el amor, la amistad, el egoísmo, avaricia, vanidad, voluntad, poder, imaginación, creatividad etc., y es a través de los personajes del libro, que Antoine de Saint-Exupéry, hace que se manifiesten. Cada personaje es dotado de una psicología particular en la que se condensa una o varias cualidades del carácter y de la personalidad que poseen ciertas personas, y que reflejan dichas pasiones humanas.
Es primordial subrayar que fundamentalmente se puede interpretar como una fuerte crítica al mundo de los adultos y a todas aquellas cosas a las que le otorgan valor, olvidando o dejando de lado, otras mucho más importantes y primordiales en la vida. En éste sentido, se puede interpretar como la nostalgia del autor por la infancia perdida. Una infancia que, según el autor, muestra el lado más humanizado, imaginativo, sensible, estético de las personas, en comparación con lo absurdo, frío, rígido y controlador de la adultez.
En resumen, El principito es un conjunto de metáforas sobre las acciones, las actitudes y en general sobre el acontecer humano, desprendiéndose un cúmulo de objeciones a la estupidez adulta y su banalidad, y que tendríamos que no hacer caso omiso. Es una llamada de atención y una invitación a ver diferente las cosas y no dejarse absorber por cuestiones que nos pueden deshumanizar o simplemente encerrar en sí mismos y no ver a los ‘Otros’, lo cual no es menos grave.
Es encantador, conmovedor y divertido, te hace pensar, imaginar y viajar...
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