REMEMBRANZA
Y en la profundidad del bosque, abrazado por la negrura de la noche, iba caminando. No sabía a donde iba, mi pensamiento se envolvía en vainas entretejidas que amordazaban mi garganta, y no podía gritar lo que quería, sólo sentía que el aire me faltaba y el vacío de mi se apoderaba… Pensaba en tu hermosa cara y deseaba percibir una vez más tu aliento y el aroma de tu cuerpo, mezclándose con el de aquel bosque, en el que tenía como única compañía su oscuridad, la soledad y la añoranza. La brisa acudía a mi como único consuelo de aquel dolor que me provocaba tu ausencia y tu recuerdo, pues recordar lo que se ha ido, es revivir aquellos momentos que nos envolvía la dicha y todo era maravilloso y pleno, sin embargo ese recuerdo de la felicidad despertaba una punzante pregunta, que a cada suspiro repetía: ¿qué es lo que duele más? la nostalgia de tu ausencia o la añoranza por continuar...