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Mostrando entradas de septiembre, 2009

REMEMBRANZA

Y en la profundidad del bosque, abrazado por la negrura de la noche, iba caminando. No sabía a donde iba, mi pensamiento se envolvía en vainas entretejidas que amordazaban mi garganta, y no podía gritar lo que quería, sólo sentía que el aire me faltaba y el vacío de mi se apoderaba… Pensaba en tu hermosa cara y deseaba percibir una vez más tu aliento y el aroma de tu cuerpo, mezclándose con el de aquel bosque, en el que tenía como única compañía su oscuridad, la soledad y la añoranza. La brisa acudía a mi como único consuelo de aquel dolor que me provocaba tu ausencia y tu recuerdo, pues recordar lo que se ha ido, es revivir aquellos momentos que nos envolvía la dicha y todo era maravilloso y pleno, sin embargo ese recuerdo de la felicidad despertaba una punzante pregunta, que a cada suspiro repetía: ¿qué es lo que duele más? la nostalgia de tu ausencia o la añoranza por continuar...

TE LLORÉ

Ya te lloré sentado, parado, contento y enojado en sueños y en mis desvelos en la alborada y en el ocaso Ya te lloré caminando, corriendo riendo y sollozando, por dentro y por fuera a secas y mojado Ya te lloré tranquilo, desesperado, sosiego y agobiado, con todo el odio, con todo mi amor ensoberbecido y derrotado Ya te lloré por tu frialdad y apatía, por tu egoísmo y ceguera, en tus arrebatos y orgullo, en silencio y por tú indiferencia Ya te lloré en todos lo sentidos, y con todos los sentidos por los ojos, la nariz, la boca por los oídos y los poros de la piel Y te lloré, con el alma y el corazón con todas mis fuerzas y debilidades y te lloré amor por tu ausencia por tu olvido, por tus miedos, por tus amores por tus desprecios, por tus decisiones.   

OCASO

En la confusión de sentimientos, emociones y sensaciones, me encuentro en este atardecer, iluminado por un sol rojizo, típico de los atardeceres de invierno, siendo pleno mayo. Cada rayo que se filtra hasta mi, no es más que otro pretexto para la melancolía y la nostalgia, el cielo azul y las nubes dispersas  teñidas de rosa, lila, anaranjado, dependiendo de su cercanía a la estrella celestial, me hacen dar vuelo a las más lejanas y cercanas añoranzas, recuerdos, pretensiones, y engaños. El ir y venir de la gente su asombro, curiosidad y morbo; los edificios y la canción de November Rain son parte de este escenario, formando un paisaje inimaginado, empero lleno de vida que reafirman mi abandono, mi pérdida y este gran dolor. Estar en un callejón sin salida, postrarte en la incertidumbre sin visualizar opción alguna, te sumerge en la angustia, que en las aguas de las emociones, se convierte en una tormenta, en caos y confusión desolada.  Y aquí me encuentro varado en esta, mi última

VORÁGINE

Navegando en el mar de las sensaciones, víctima de las contrariedades, pelele   de la inmediatez,   de lo que se disuelve en las aguas de lo efímero. Arrojado de un lado a otro, enfrentado a todas mis fortalezas y debilidades, sucumbo y renazco. Soy y no soy, me envuelve la confusión y me aferro a cualquier indicio de solidez, a pesar de que no es más que una imagen e ilusión, de esta particular dimensión humana. La experiencia fluctuante, pero los sentidos a todo galope como caballos desbocados, el deseo en el cenit, pero sin objeto fijo, como si esperara solamente arrojarme en una cascada de placer eterno. Sin embargo, implacable esa necesidad de solidez, que en el hedonismo se agota y se destruye, ya que el mar de las sensaciones te coloca en lo indecible y lo ambivalente. Vivo y muero, me recreo y me desvanezco, existo y me vuelvo una ilusión, Vorágine como condena y condición…..